Niñorigami

febrero 17, 2010

Se trataba de un niño de lo más peculiar, tenía el mal hábito de plegar las partes de su cuerpo como si estuvieran hechas de papel.

Se trataba de un niño de lo más peculiar, tenía el mal hábito de plegar las partes de su cuerpo como si estuvieran hechas de papel. Cuando comía chocolate sus labios parecían una prueba de Rorsarch. Era de ley que hiciera trampa en los exámenes, aunque sabía que estaba mal, pero de cualquier forma aprendía a la larga, las cosas a fuerza de verlas todos los días escritas en su piel. Aunque muy pocas veces tomaba un baño, o quizás nunca, por alguna razón siempre olía bien, siempre se veía bien. Bueno, dicen que con el tiempo se fue arrugando demasiado, pues quizás sufrió de esa enfermedad que les da a los niños que envejecen muy rápidamente y mueren muy jóvenes.